Hablemos de dignidad

Muchas “cosas” se pueden perder en el camino; ¡jamás…tu dignidad!

Cuando hablamos de dignidad, nos referimos a ese valor o amor propio que debe ser gestionado por nosotros mismos y no por los demás. Este concepto define el ser humano, su identidad, su personalidad, su ser en sí. No permite que nadie juegue con sus sentimientos, su forma de pensar, su estilo; pero, tampoco hace el intento de dañar.  

Tener dignidad es sentir respeto por sí mismo. Quienes se conocen y portan este valor, no mendigan, no suplican, no ruegan; no por orgullo, más bien, porque saben que se merecen, cuando dejar ir, soltar y cuando hacer el intento de “retener”. Indudablemente, toman mejores decisiones, reciben y dan mejor trato en el trabajo, en la familia, en su nucleó; estas personas tienen la capacidad de reflexionar y salir adelante ante cualquier situación. 

En el diario vivir nos encontramos con muchas situaciones, a veces leves, en ocasiones muy difíciles, hasta catastróficas. El sentir, como nosotros vemos la vida, el valor de nuestra existencia; son aspectos que van a puntualizar los siguientes pasos en la vida y no el problema. En el momento que tenemos definida la dignidad en nuestro interior, nos encaminamos con mayor facilidad al proceso de la transformación; una transformación que causará dolor, pero, no angustia. 

Aprendamos a desarrollar nuestra dignidad, merecemos una mejor vida, un espacio con mayor seguridad y un ambiente sano. Empecemos por amarnos, aceptarnos, respetarnos, valorarnos, a no permitir ningún tipo de maltrato, a dejar ir, a soltar a tiempo; mucho por cultivar, pero, podemos lograrlo. Importante, que lo bueno que exista en nuestro interior, pueda ser compartido con el prójimo, esto…es dignidad. 

Finalmente, Muchas “cosas” se pueden perder en el camino; ¡jamás…tu dignidad!   


Oscar Fhernando 

Comunicador social

 Santiago, República Dominicana        

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